Navalcarnero es un municipio muy cercano a Madrid que cuenta con uno de los conjuntos urbanos con más encanto y personalidad. La ciudad nació y creció bajo la dependencia de la ciudad de Segovia, favoreciendo los reyes de la Casa Trastámara, en especial Enrique IV, el desarrollo del municipio con el otorgamiento de numerosos privilegios.
Su belleza arquitectónica y el esmero y cuidado de su especio histórico, unido a su oferta cultural, gastronómica y enoturística, hacen de ella una visita que te sorprenderá es principal municipio y sede capital de una de las subzonas de Vinos de la DO Madrid. La primera mención con respecto al vino hace referencia a una autorización de Segovia para la plantación de viñedos del año 1.340, cuando el municipio no había sido fundado todavía.
Esta subzona posee la menor extensión, con el 14 % aproximadamente del viñedo inscrito. Diecinueve son los municipios de la zona sur-central de la Comunidad de Madrid que la componen: Aldea del Fresno, Arroyomolinos, Batres, Brunete, El Álamo, Fuenlabrada, Griñón, Humanes de Madrid, Moraleja de En medio, Móstoles, Navalcarnero, Parla, Serranillos del Valle, Sevilla la Nueva, Valdemorillo, Villamanta, Villamantilla, Villanueva de la Cañada y Villaviciosa de Odón.
Su orografía es muy llana, cortada de norte a sur por el río Guadarrama y en su extremo oeste por el río Perales, afluente del Alberche y la precipitación media anual es de unos 530 mm anuales.El viñedo se encuentra sobre suelos de origen sedimentario, en zonas de campiña y de vega. Son suelos sueltos en general, en los que predominan las texturas francos arenosos y neutros o ligeramente ácidos, con pH entre 5,5 y 7,5. Cinco son las bodegas acogidas a esta Subzona, que elaboran aproximadamente el 20% de la producción total de la Denominación de Origen.
Aquí, hemos podido degustar las variedades de uva malvar blanca y la tinta Garnacha de la comarca. Los vinos de ésta última variedad, por su estructura y cuerpo, maridan muy bien con platos como las legumbres, callos, caldereta y caza. Sin embargo, también se elaboran interesantes vinos jóvenes y rosados muy frutados que resultan ideales para el tapeo y la conversación animada.
Todo ello, lo hemos completado con un recorrido por el Museo del Vino a través de un viaje en paralelo con la historia y tradición del municipio en relación con la percepción sensorial y el mundo de emociones que nos evoca el degustar una copa de vino y todo lo que en ella se encierra, especialmente como contribución a los viticultores y elaboradores desde hace siglos, haciendo de esta zona una referencia obligada y cita con el vino.